Qué cabrón. No es listo ni nada el fuego. Es capaz de hipnotizar con sus contoneos y destellos a cualquiera que se cruce en su camino. Te quedas embobado admirando sus ondulantes movimientos y escuchando impasible ese sonido suyo tan caracterítico, como el que se da al arrugar el plástico transparente que cubre los paquetes de tabaco, y para cuando te quieres dar cuenta, ¡Zas! El fuego ha quemado toda tu casa y con ella parte de tu miserable vida. No es listo ni nada el fuego. Qué cabrón.
Pues más listos fuimos nosotros de "inventarlo" no?
ResponderEliminarCon control...el fuego no deja de ser algo maravilloso
Totalmente de acuerdo contigo. Yo tengo el fuego en casa encerrado en la chimenea con pantalla de vidrio.
ResponderEliminarBrillante.
ResponderEliminarUn saludo.
controlado es maravillosos....bicos.
ResponderEliminarLo importante es aprender a no quemarse... Pero me gusta su contoneo...
ResponderEliminarahí sí. me fascina ese sonido de crepitar tan suyo
ResponderEliminarespero que el relato sea metafórico :)
un beso
Jaja, tal cual, así es, muy buena la descripción del sonido, un saludo grande.
ResponderEliminarEs lo que tiene, no todo lo bello y atractivo es necesariamente bueno
ResponderEliminarJAJAJAJA... qué gracia lo que dices de que nos pongan en un tapete. pero sí, a veces ya sólo falta eso.
ResponderEliminarY aynssss... qué ilu me ha hecho lo que me dices de la novela. Pues que sepas que Jonás está muy inspirado en mí... ¡pero me temo que ya encontré mi Hänsel! :-(
Besicos, encanto
Pues si, el fuego es destructor pero como dices tiene su belleza, por ahí saben algo de eso, pero me gusta el fuego como purificador y como símbolo del renacer, del vovler a construir, de empezar de nuevo, de la hipnosis que provoca, el arrebato
ResponderEliminaray! No es un fuego el amor? Bezos
Tendrías que verme haciendo una barbacoa!!
ResponderEliminarBesos!